domingo, 1 de diciembre de 2013

Una educación condcionada

Basándome en las ideas de uno de mis compañeros que más tarde fue reflejada en su blog, me dio la idea para ir más allá del consumismo y de todo lo que un simple deporte con su promoción y publicidad puede afectar al resto de humanos para agitar sus carteras solo para comprar lo que les quieren vender. Quiero tratar el tema no solo del consumismo sino del deporte que se ha de practicar si se quiere ser respetado o no ser el "rarito", y estoy hablando como no de nuestro señor deporte, el FÚTBOL.
No quiero dar a entender que menosprecio la práctica de este deporte, sino que desde muy pequeños se nos da a entender que el fútbol es el deporte más promocionado y eso debe ser por algo. En la actualidad puedes observar como miles de equipos de otros deportes como el hockey hierba, balonmano, o voleibol tienen que disolver porque no son capaces de cubrir sus gastos. El fútbol es una recurso mediático que hace que las empresas de televisión, textíl y muchas más relacionadas con este deporte se lleven una cantidad de beneficios disparatadas. Y eso, en cierto modo; no me importaría arrastrase a muchísima a gente a tener que dejar el deporte que le gusta, o el equipo en el que está porque todos los beneficios y ventajas se las dan a otros deportes como el fútbol, tenis o en menor grado el baloncesto.
Queda claro que la estabilidad es imposible. Pero la educación desde nuestra niñez, y es aquí donde está el núcleo del problema, la razón de esta entrada. Se nos educa con la tele, con la radio, con la publicidad que nos rodea y nos asfixia. Un niño quiere ser como aquellos ídolos que salen en su programas y que ganan mucho dinero, son famosos, ganan premios y se codean con lo más alto de la sociedad. A un niño le gusta moverse y el practicar todo tipo de deportes le ayuda a desarrollarse como persona, puede que no haya nacido para ese deporte tan cotizado por la mayoría de la humanidad, y sin embargo tratará de conseguirlo hasta que ya no le sea posible definitivamente.
Lo peor es ver como se menosprecian otros deportes por parte de la gente, entre ellos los padres que no quieren ver a su hijo jugar a rugby porque en España eso no proporciona ningún tipo de futuro. Amigo es por ti, que la selección española de rugby no ha llegado al 6 naciones nunca, ni puede jugar al mismo nivel que Italia o Francia.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Indignación

Visto lo visto, voy a tratar un tema de actualidad en mi blog, un tema muy relacionado con la educación, y con todos los estudiantes universitarios. Porque no es suficiente los tantos y tantos recortes en educación, que ahora llega la erradicación de las becas para los estudios erasmus, recortes en libros de texto e idiomas. De esta forma se puede llegar a creer que nuestro ministro no quiere que se nos de una buena educación, ni que estemos a la par con el resto de países a la hora de estudiar un idioma en un país diferente, donde sin dudad alguna se aprende de forma más rápida y mejor. Llego con tardía a la hora de representar a todos los posibles estudiantes que quieren poder estudiar un año en otro país y que, con la nueva demostración de apoyo a la educación y la apuesta de futuro, va  resultar imposible. Las becas hasta ahora ya eran bajas pero eliminarlas por completo ya es un mensaje de que no queremos una sociedad capaz ni formada para poder mejorar nuestra situación en el futuro. Se daba a conocer la siguiente noticia en el periódico El País el pasado 6 de noviembre. Como El País, otros muchos periódicos y cadenas de radio.

Creo que ya es hora de que dejen de mermar la educación de nuestro país y comiencen a darse cuenta de que el gesto que están teniendo con los jóvenes es totalmente contraproducente, ya que afecta totalmente al futuro del país, lo repito porque parecen no entenderlo, y van a tener que sacar dinero de nuevo en el futuro, porque como ya es mundialmente conocido, no se apuesta por los estudios extranjeros de hace tiempo, y está medida sin duda alguna no deja a la imaginación. Con esto no quiero ponerme de ningún lado a nivel político, solo manifestar desaprobación por las decisiones que se están tomando últimamente sin pensar en sus consecuencias.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Mal de escuela


Y así sucesivamente, de la mañana a la noche, de materia en materia, de profesor en profesor, día tras día, en un exponencial de la mentira que desemboca en el famoso «¡Ha sido por mi madre!... ¡Ha muerto!», de François Truffaut. Tras esa jornada pasada mintiendo en el centro escolar, la primera pregunta que nuestro mal externo escuchará al volver a casa es el invariable:

—Bueno, ¿cómo te ha ido hoy?

—Muy bien. Nueva mentira. Que también exige ser sazonada con una pizca de verdad:

 —En historia, la profe me ha preguntado por mil quinientos quince, le he contestado que Marignan, ¡y se ha quedado muy contenta! (Así la cosa aguantará hasta mañana.)

Pero mañana también llega y las jornadas se repiten, y nuestro externo prosigue sus idas y sus venidas entre la escuela y la familia, y toda su energía mental se agota tejiendo una sutil red de pseudocoherencia entre las mentiras proferidas en la escuela y sus medias verdades servidas a la familia, entre las explicaciones proporcionadas a unos y las justificaciones presentadas a otros, entre las descripciones de los profesores que hace a los padres y las alusiones a los problemas familiares que vierte al oído de los profesores, con una pizca de verdad en las unas y las otras, siempre, pues esa gente acabará encontrándose, padres y profesores, es inevitable, y hay que pensar en ese encuentro, perfeccionar sin cesar la ficción verdadera que será el menú de esa entrevista.


He elegido este párrafo porque es un claro ejemplo de cuando en mi “juventud” trataba de mantener a mis padres contentos a base de mentiras, cuando en clase, en muchas de las asignaturas no había hecho los deberes o me habían echado de clase. Con tal de evitar la preocupación de mis padres trataba de hacerles creer que todo estaba bien y que iba progresando en el colegio. Está claro que al final se descubre la verdad y recibes un buen castigo por ello. Pero la importancia de esto es el creer que nunca te van a pillar, creerte más listo que esos adultos a los que estás engañando, y quitarte los problemas de encima rápido y sencillo. Luego te estampas con la realidad y te das cuenta que los problemas siguen ahí y solo te queda esperar a que tus padres te den una lección de madurez. Lo bueno, o no, es que aunque ves que no has tenido éxito con tu plan, no va a ser la última vez que vas a montar un teatro de marionetas para evitarte los problemas en ese mismo momento y los retrasarás lo máximo posible, incluso habrá veces que se consigue hasta evitarlo totalmente. Por lo menos esta es mi experiencia, y me hace recordar aquellos bonitos años en el instituto y los quebraderos de cabeza que les he dado a mis padres.

El libro pone en escena un entorno muy familiar para muchos de los que hemos tenido algunos problemas dentro de la escuela, en muchos aspectos te sientes identificado con el personaje protagonista de la historia, y te das cuenta de cómo ves desde otra perspectiva todos tus actos en el pasado, una perspectiva mucho más madura. El libro narra una época totalmente diferente a la vivida en mis carnes, pero sin embargo guarda mucha relación con mi experiencia. Muchos de las situaciones por las que pasa el protagonista son idénticas a mi realidad, lo que produce que me ve a mi reflejado en el personaje. Está claro que hace alusión a un gran número de la población, y muchísimos estudiantes que nunca fueron los aplicados en clase se verán reflejados en el libro, y esto de haber sido un zoquete se ve desde otra perspectiva.

lunes, 14 de octubre de 2013

El perfecto educador

En la búsqueda del perfecto educador podemos perder años y años, porque tal y como hemos observado muchos tienen en su memoria a un perfecto educador que les haya motivado especialmente para alguna asignatura. La cuestión, y la pregunta residen en, si aún considerándolo nuestro mejor profesor, es de verdad el que mejor nos ha enseñado y educado.

Un buen profesor es capaz de mantener la atención del alumno en gran parte de la clase, mantener su motivación hacia el tema, atraerle, y que tenga ganas de interactuar con él. El problema es saber como llegar a este punto con todos los alumnos dado que cada persona es un mundo y no se puede acceder de la misma forma a unos que a otros, la forma en la que han sido educados les hace diferentes a cada uno de ellos. E ahí donde reside la esencia de un buen profesor, ser capaz de llegar a todos sus alumnos de la misma forma, o por lo menos a la gran mayoría y hacer que tengan una actitud positiva hacia su asignatura, y que muestren una gran participación dentro de la misma.

Siempre podemos encontrarnos con la llamada educación problemática, que hace referencia justo a esto, la diversidad de la educación de cada uno. Esto nos puede dificultar en gran modo la capacidad y intensidad con la que queremos llegar a nuestros alumnos. Es muy importante que dentro de un gran profesor haya también un gran educador.




Recomendaciones Blogeras

Aquí os mantendré al corriente de los blogs, que más me llaman la atención y los que merecen una visita.

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miércoles, 2 de octubre de 2013

Concepciones del cuerpo

Se ha tenido muy presente el tema de las diferentes concepciones del cuerpo, tanto el dominante, el disciplinado, el especular o el comunicativo. Navegando por internet me he encontrado con muchos ejemplos de cuerpos que podían hacer referencia a las distintas concepciones, pero ha habido uno que me ha llamado la atención por encima del resto. Os presento a un hombre que ha sabido llevar a su cuerpo al límite y es capaz de realizar movimientos imposibles para el resto de personas. Esto es posible gracias a la cantidad de horas de entrenamiento que ha tenido que "sufrir" para conseguir su objetivo. Al final podemos observar un claro ejemplo de un cuerpo disciplinado y dominante, el cual es capaz de conseguir todo esto: